domingo, 12 de mayo de 2019

Artistas del Barroco

El Barroco

 El barroco fue una tendencia artística que se desarrolló primero en las artes plásticas y luego se manifestó en la literatura, el teatro y la música.
  Por eso, toda la cultura de ese período, incluyendo costumbres, valores y relaciones sociales, es llamada «barroca».
  La cuna del barroco es la Italia del siglo XVII, pero se extendió por otros países europeos, como Bélgica, Francia y España. Este Movimiento artístico permaneció vivo en el mundo delas artes hasta el siglo XVIII. En América Latina, este movimiento entró en el siglo XVII, traído por artistas que viajaban a Europa, y permaneció hasta el final del siglo XVIII. Ese momento llegó al final del Renacimiento y se manifestó a través de una gran ostentación y extravagancia entre los grupos que se benefician de la riqueza de la colonización.

 Estos son los artistas más influyentes del arte barroco:

Rembrandt van Rijn


  El artista más grande de los Paises Bajos. Su figura trasciende la historia del arte para situarse en uno de los nombres más importantes en la historia de la civilización occidental.
  Maestro barroco, fue la figura central de la edad de oro holandesa, cuando el país era una de las mayores potencias internacionales.
Su pintura fue excepcional (es especial sus retratosy autorretratos), su actitud humilde y su conocimiento del ser humano muy acertado, por lo que es uno de los artistas que producen mayor empatía entre sus colegas y sus estudio.
  Nacido en una familia acomodada, pudo cuidar su educación y conseguir un amplio conocimiento de la pintura italiana. Con 19 años ya tuvo su propio taller y una nutrida clientela. Fue en esa época cuando se adentró en el claroscuro de moda. Poco a poco se convirtió en uno de los artistas que mejor manejaba este concepto y su obra cobró una fuerza y una personalidad arrolladoras.
  También fue un importante marchante de arte y vivió en esos años una época de prosperidad económica, pero al final de sus días los reveses económicos lo obligaron a subastar todas sus pertenencias (casa, pertenencias, colecciones de arte…). Sólo su criada Hendrickje Stoffels, con la que mantuvo una relación sentimental, le sirvió de consuelo en su vejez.
  Estas dos etapas se reflejan claramente en sus obras (particularmente en sus cientos de autorretratos). Alegres y brillantes los primeros; sombríos y profundos los segundos. Pero son particularmente valoradas también sus novedosas escenas de grupo donde destaca la maestría compositiva y una perfecta caracterización de los personajes.

  Rembrandt fue en definitiva un genio de la pintura de todos los tiempos y uno de los artistas más importante de la historia del arte.


Prado Diego Velázquez



Más conocido como Diego Velázquez, fue un gran pintor español que se desempeñó como retratista de la corte española. La importancia de Velázquez, al margen de su propia personalidad, radica en su capacidad de tratar de un modo magistral, a lo largo de su dilatada carrera, la mayoría de los grandes temas pictóricos de su época. Consumado retratista, no fue sin embargo inferior su calidad en obras de género mitológico, religioso, alegórico y paisajístico.
 Diego Velázquez está considerado por muchos historiadores como el más grande pintor del Siglo de Oro español. Debido a su labor artística le fue conferida, por el rey Felipe IV, la preciada distinción de Caballero de la Orden de Santiago, un honor no concedido nunca ni antes ni después a pintor alguno.



  Gian Lorenzo Bernini


(Nápoles, 1598 - Roma, 1680) Escultor, arquitecto y pintor italiano. Bernini es el gran genio del barroco italiano, el heredero de la fuerza escultórica de Miguel Ángely principal modelo del Barroco arquitectónico en Europa.
Aprendió los rudimentos de la escultura en el taller de su padre, Pietro (1562-1629), un escultor manierista de cierto relieve. Fue también su padre quien lo puso en contacto con algunos de los mecenas más importantes de su tiempo, lo que le permitió manifestar su talento de una forma bastante precoz. En sus obras más tempranas (Eneas, Anquises y Ascanio, El rapto de Proserpina) resultan ya evidentes la ruptura con el manierismo tardío y una concepción radicalmente distinta de la escultura; el intenso dramatismo, la grandiosidad y la búsqueda de efectos escenográficos están ya presentes en estas primeras creaciones.
  En 1629, Bernini fue nombrado arquitecto de la basílica de San Pedro por el papa Urbano VIII. Desde entonces hasta su muerte trabajó ininterrumpidamente para los sumos pontífices, salvo un cierto paréntesis durante el pontificado de Inocencio X, quien prefirió a otros artistas (entre ellos Francesco Borromini, otra de las grandes personalidades del Barroco italiano) y le encargó pocas obras. De sus realizaciones para San Pedro destacan el gran baldaquino sobre el altar mayor y el grupo escultórico de los Padres de la Iglesia que, observado a través de las columnas del baldaquino, ofrece efectos de una gran fuerza teatral, tal como pretendía el artífice.
  Su mejor aportación a la basílica de San Pedro fue, sin embargo, la columnata que rodea la plaza, justo delante del templo, que le ha valido elogios continuos por su armonía y sus efectos escenográficos. Esta columnata representó una gran novedad, no sólo por sus dimensiones, sino sobre todo por su disposición elíptica, una forma muy cara a los arquitectos barrocos, inclinados a conferir a todas sus obras efectos de movimiento. Las monumentales estatuas que la rematan en su parte superior dotan al conjunto de un aire todavía más majestuoso y solemne si cabe.








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